Hipoglucemia: Claves para detectarla a tiempo y saber manejarla
- ExpressionsGuayana
- 6 ago 2020
- 6 Min. de lectura
Los síntomas típicos son el nerviosismo, el temblor y las palpitaciones que aparecen con unos niveles de glucemia alrededor de 65 mg/dl

Una vez diagnosticada la diabetes e iniciado el tratamiento, los niveles de glucosa en sangre deberían permanecer dentro del rango de la normalidad, según asegura la Federación Española de Diabetes (FEDE). No obstante, es posible que se produzcan desajustes, tanto por hiperglucemias como por hipoglucemias.
En el caso de éstas últimas, de las bajadas de azúcar o hipoglucemias, objeto de este artículo de divulgación, la federación advierte de que se presentan de forma más rápida que los síntomas de las hiperglucemias, y dependerán también de la intensidad de las mismas; en todos los casos es vital detectarlas a tiempo.
Especialistas explican que, la hipoglucemia es una complicación "muy grave" del tratamiento de la diabetes que puede conducir a la muerte. "Sin embargo, con una buena educación diabetológica, tanto del paciente como de sus familiares o cuidadores, es fácilmente tratable e incluso prevenible".
En concreto, cita que la hipoglucemia se puede asociar a accidentes cardiovasculares, caídas con traumatismo severos, desarrollo de demencia, edema cerebral y muerte por arritmia. Además, mantiene que durante la hipoglucemia se produce una situación que predispone a arritmias y a muerte súbita. "Afortunadamente, la mayoría son leves y ceden con el tratamiento al inicio, y sin desarrollar complicaciones con una simple ingesta de hidratos de carbono".
¿Cómo se manifiesta la hipoglucemia?
El experto de la SED detalla que los síntomas típicos son el nerviosismo, el temblor y las palpitaciones que aparecen con unos niveles de glucemia alrededor de 65 mg/dl. "Si no corregimos la hipoglucemia aparecen los síntomas de activación del sistema nervioso parasimpático con sudoración, sensación de hambre y de hormigueo, que aparecen con unos niveles de glucemia aproximados de 58 mg/dl; unos valores orientativos y que pueden variar sensiblemente de unos pacientes a otros, e incluso en el mismo paciente", sostiene el especialista.
En aquellos pacientes ancianos o los que han tenido muchas hipoglucemias, éstas pueden pasar totalmente desapercibidas y no producir ningún síntoma, alerta el vocal de la Sociedad Española de Diabetes.
Por otro lado, aclara que las hipoglucemias no se manifiestan igual a todas las edades. Según indica, las diferencias entre niños y adultos se notan incluso por el tipo de diabetes. En los niños dice que es predominante la diabetes tipo 1, caracterizada por un déficit absoluto de insulina y que, por lo tanto, precisa de la administración de ésta.
Hipoglucemia en adultos
En el caso del adulto, sostiene que los niveles de insulina pueden ser incluso mayores que en la población sin diabetes, pero este exceso de insulina no funciona bien por existir una resistencia a su acción. "Este último caso se puede tratar con pastillas, porque tienen insulina aunque no funcione. De este hecho podemos ya inferir que las hipoglucemias van a ser muy diferentes en unos y otros".
Eso sí, llama la atención sobre el problema que tienen en común niños y adultos mayores: "Pueden no tener los síntomas típicos de hipoglucemia, o en los niños, el no saber expresarlos, llegando a precisar ayuda para su corrección cuando se detectan".
Los pacientes mayores deben tener en cuenta que pueden tener además de la diabetes otras enfermedades cardíacas o cerebrales que pueden modificar la clínica, agravando su pronóstico.

Cómo actuar ante una hipoglucemia
El vocal de la Sociedad Española de Diabetes comenta que lo primero que hay que hacer con las hipoglucemias es prevenirlas mediante la ingesta adecuada de alimentos y la realización de ejercicio.
"Esto es de vital importancia en aquellos pacientes en tratamiento con insulina. En los pacientes en tratamiento con pastillas, sólo las sulfonilureas presentan riesgo de hipoglucemias, y con las últimas sulfonilureas aparecidas en el mercado, como la gliclazida, el riesgo es realmente bajo, pero es que además hoy en día tenemos otras moléculas que no producen hipoglucemias, por lo que su prevención es mas fácil", precisa.
En caso de que ocurran y el paciente pueda tragar, indica que generalmente es suficiente con tomar 15 gramos de glucosa (un azucarillo suele ser de 8 a 10 gramos). «Si el paciente no recupera en 15 minutos se repite la dosis. Todos los pacientes en tratamiento con insulina deberían tener a su alcance una inyección de glucagón, y gente que sepa recomponerlo alrededor para inyectarlo en caso de hipoglucemia grave que no pueda tratarse dando glucosa por vía oral. En caso de una hipoglucemia inadvertida, sería conveniente replantearse el tratamiento para ajustarlo en la medida de lo posible», manifiesta el experto.
Aquí mantiene que la educación diabetológica, enseñar al paciente a reconocer las hipoglucemias y a tratarlas al inicio es fundamental, así como mostrar las conductas que pueden producir hipoglucemias: La ingesta inadecuada de hidratos de carbono, el exceso de ejercicio, o las enfermedades agudas, como las que producen diarrea y vómitos, que alteran la absorción de los alimentos.
El tratamiento con insulina de la diabetes ha salvado millones de vidas
Además, el vocal de la SED defiende que la familia y el núcleo de cuidadores del paciente con diabetes que tenga riesgo de hipoglucemia por sus características es fundamental y puede salvar la vida de estas personas.
Mientras, el endocrinólogo recuerda que desde hace 100 años el tratamiento con insulina de la diabetes ha salvado millones de vidas. "Esta historia de éxito humana mantiene aún una limitación: La hipoglucemia", mantiene.
"Desde las primeras insulinas derivadas de extractos pancreáticos animales con una dinámica de absorción errática, la evolución ha sido increíble. Primero domesticando bacterias y hongos, modificando su genética para producir insulina humana sin impurezas, y en la actualidad desarrollando análogos (proteínas modificadas) de la insulina para hacer su absorción y funcionamiento más estables y fiables", concluye.

Los peligros de la hipoglucemia ¿qué hacer ante una brusca bajada de glucosa en sangre?
La enfermedad de la diabetes implica la necesidad de tener controlado en todo momento el nivel de glucosa (glicemia) presente en el torrente sanguíneo. El organismo de la persona que la padece no puede mantener los índices en sus niveles correctos y necesita el correspondiente tratamiento, basado en la insulina, para conseguir que el azúcar no se eleve en exceso. Pero, por circunstancias diversas, a veces ocurre lo contrario, es decir, ese nivel de glucosa desciende hasta límites peligrosos, provocando una serie de síntomas ante los que hay que actuar inmediatamente.
La Fundación para la Diabetes (FED) manifiesta que, cuando el nivel de glucemia está en entorno a los 55 mg/dl, quiere decir que la glucosa disponible es insuficiente para que el organismo pueda realizar sus funciones vitales con normalidad. Ese episodio, que conocemos como bajada de azúcar, es la hipoglucemia.
¿Por qué se produce esta situación y cómo hay que actuar frente a ella?
La hipoglucemia puede tener su origen en varias causas. Las más comunes suelen ser:
Haber puesto una dosis elevada de insulina que ha hecho que la glicemia baje más de lo debido
Llevar demasiado tiempo sin ingerir alimentos (saltarse una comida)
Haber hecho excesivo ejercicio sin las debidas precauciones alimenticias
Tener alguna dolencia estomacal que haya provocado vómitos y por tanto, el estómago esté “vacío".
Cuando la hipoglucemia comienza a hacerse evidente, el cuerpo avisa con síntomas claros que hay que atender sin demora. Repentina sensación de hambre, palidez, ansiedad, temblor o palpitaciones son algunos de los que señala la Sociedad Española de Diabetes (SED), aunque hay que entender que cada persona puede tener unos u otros síntomas, que debe saber reconocer para tomar medidas que corrijan la situación lo antes posible.
La hipoglucemia indica que nuestro organismo requiere energía de forma inmediata para poder seguir funcionando con normalidad. Esa energía la obtenemos de los alimentos, en especial de los hidratos de carbono. En estos casos, se necesitan carbohidratos simples, de rápida absorción para que los azúcares ingeridos lleguen en cuestión de minutos al torrente sanguíneo.
Si no se actúa con celeridad, los síntomas se irán agravando. Mareos, visión borrosa, alteración de la conducta, adormecimiento, convulsiones y pérdida de conciencia en caso de llegar al coma hipoglucémico.
No es complicado
Conseguir que el organismo recupere el nivel de glucosa que necesita es sencillo. Algunos alimentos que se pueden tomar en estos casos son: dos terrones de azúcar (15 gr.), un zumo de frutas o una bebida de cola (no light), un vaso de leche desnatada. Además, pasados unos minutos tras la recuperación, unas galletas o barritas de cereales también son recomendables.
En los casos más graves, con pérdida de consciencia, la persona afectada necesitará recibir una inyección de glucagón, para elevar con inmediatez el nivel de glucosa, además de la imprescindible atención médica.
Expression´s Guayana / Agencias
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