Panna cotta de azafrán y vainilla con salsa de arándanos:
- ExpressionsGuayana
- 5 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Cremosa, aromática, suave y fresca, un postre ideal para cualquier momento muy fácil de hacer y sin usar el horno

Con un toque de azafrán y acompañándola de una salsa de fruta casera, para disfrutar de un bocado dulce muy seductor que encantará a los amantes de los sabores lácteos.
Una buena panna cotta tiene que saber a nata y no abusar de la gelatina. Es más fácil aumentar la proporción de gelificante para asegurar un cuajado más firme que permite desmoldar sin sustos, pero merece la pena jugársela para conseguir esa irresistible textura cremosa. Si lo de desmoldar no se da muy bien, o si no se quiere esperar varias horas de reposo, se puede servir en vasitos o copas y listo.
De igual forma se le añade un toque aromático de azafrán pero sin abusar; si te apasiona esta especia puedes aumentar la proporción de hebras o mantener una infusión a fuego mínimo durante más tiempo. Además se procura no añadir demasiado azúcar para no enmascarar los sabores de todos los componentes. Se elige una nata de buena calidad, con buena cantidad de grasa o se utiliza una versión sin lactosa de ser necesario.
Ingredientes
Para 6 unidades
400g. Nata líquida para montar
50g. Azúcar
0.25g. Azafrán (unas 4-6 hebras)
0.5 Vaina de vainilla
50ml. Leche
1,5 cucharadita de Gelatina en polvo
120g. Arándanos
10ml. Zumo de limón
Azúcar al gusto para la salsa
Preparación
Dificultad: Fácil
Tiempo total: 25 min
Elaboración: 5 min
Cocción: 20 min
Reposo: 5 hrs
Engrasar con aceite neutro o suave unos moldes tipo flaneras o de silicona antiadherente. Si se prefiere servir la panna cotta sin desmoldar, elegir unos recipientes bonitos de cristal o cerámica.
Disponer la nata en un cazo, procurando estrujar bien los envases previamente agitados para extraer la máxima cantidad, con el azúcar, el azafrán y la vainilla de vainilla abierta con un corte longitudinal.
Calentar a fuego suave, removiendo con unas varillas para disolver el azúcar. Cuando vaya a entrar en ebullición, retirar del fuego y dejar reposar unos minutos. Mientras, disolver la gelatina en la leche fría.
Incorporar la gelatina disuelta a la nata y mezclar bien con las varillas. Pasar por un colador fino a una jarra y repartir la mezcla entre los moldes. Esperar a que se enfríen antes de llevar a la nevera, donde deberán reposar al menos 4-5 horas.
Para la salsa de arándanos, lavarlos y secarlos suavemente, y poner en un cazo con un chorrito de agua, el limón y el azúcar. Cocer a fuego muy bajo, machacándolos un poco, hasta que suelten sus jugos y el líquido reduzca al gusto. Enfriar y lleva a la nevera.
Desmoldar las panna cottas con mucho cuidado pasando un cuchillo fino por los laterales del molde. Servir con la salsa fría al gusto. Se desmoldan mejor si las dejamos reposar toda la noche.
Con qué acompañar la panna cotta de azafrán
La idea es servir estas panna cottas con la salsa casera de arándanos, enfriada previamente, al gusto, pero se puede preparar igualmente con otras frutas o acompañarla con mermelada, fruta fresca, caramelo o un sirope al gusto. La cremosidad de este postre lácteo combina muy bien con el café de la sobremesa, mejor si es un espresso solo, caliente o en versión fría. Si nos gustan los contrastes de texturas podemos añadir unas galletas troceadas o unos frutos secos tostados picados.
Expression´s Guayana / Agencias
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