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Ser papá también produce cambios hormonales

  • Foto del escritor: ExpressionsGuayana
    ExpressionsGuayana
  • 5 ago 2020
  • 7 Min. de lectura

Mientras más ellos se involucran en el cuidado de los hijos, menos son las diferencias con el cerebro de las mujeres



El Día del Padre es una fecha muy especial en las familias. Pero este año es diferente. El coronavirus hará que muchos padres puedan estar junto a sus hijos, mientras que otros, padres separados, divorciados, afectados por el virus o que vivan en otras localidades, no van a tener la oportunidad de recibir ese gran beso que todo hijo espera dar a su progenitor en un día tan señalado.


Existe una hormona muy famosa y es, sin duda, la oxitocina. Salta con frecuencia a los medios de comunicación por su "papel" estelar en las relaciones de pareja y se ha ganado el apelativo de "hormona del amor". Su fama se la ha ganado a pulso, porque a lo largo de la evolución de nuestra especie, y la de otros mamíferos, ha desempeñado, y desempeña, muchas labores.


Esta pequeña y primitiva molécula compuesta sólo por 9 aminoácidos empezó su “carrera” en la evolución encargándose de mantener el balance adecuado de sal y agua. Luego pasó a ocuparse de las conductas reproductoras y maternales; de las relaciones interpersonales, de pareja, con la familia, amigos. A medida que los tiempos cambian, sigue ampliando sus funciones y los hombres se involucran más en el cuidado de los hijos, la neurociencia ha comprobado que la oxitocina también está detrás.


El aumento de la oxitocina en regiones del cerebro asociadas con la recompensa y la empatía de los padres que ven fotos de sus niños pequeños. Se sabía que esto ocurre cuando las madres ven las imágenes de sus hijos, pero hasta ahora se desconocía que en el cerebro de los hombres se produjera la misma reacción.


Los resultados se suman a la evidencia de que los padres, y no sólo las madres, experimentan cambios hormonales que pueden facilitar el aumento de la empatía y la motivación para cuidar a sus hijos.


También sugieren que la oxitocina, conocida por desempeñar un papel en la vinculación social, algún día podría ser utilizada para normalizar los déficit en la motivación paterna, como en los hombres que sufren de depresión post-parto. Ellos, también se pueden deprimir tras el nacimiento de un hijo, como ha demostrado algún estudio, una experiencia que es sin duda es una prueba de fuego incluso para los hombres más curtidos en profesiones de riesgo.


Ahora, no solo se les cae la baba cuando ven a sus pequeños haciendo carantoñas, sino que incluso una foto de su retoño provoca en ellos la misma reacción que en las madres. La brecha entre las funciones femeninas y masculinas en el cuidado de los hijos, se estrecha cada vez más. De hecho, cada vez más estudios demuestran que la participación paterna juega un papel crucial en la reducción de la mortalidad y la morbilidad infantil, y mejora los resultados sociales, psicológicos y educativos de los pequeños.


Sin embargo, no todos los padres evolucionan de acuerdo con los tiempos que vivimos, y algunos, cada vez menos, se resisten a participar estrechamente en el cuidado de sus hijos. Por eso algunos padres están más involucrados en el cuidado de los niños con el fin de comprenderlo plenamente la variación en los cuidados, necesitamos una imagen clara de los mecanismos neutrales que apoyan el comportamiento", explica


La oxitocina, en particular, se ha considerado tradicionalmente una hormona materna ya que se libera en el torrente sanguíneo durante el parto y la lactancia y facilita el nacimiento del bebé, la producción de leche y el vínculo madre hijo. Sin embargo, ahora se sabe que los hombres también pueden sufrir cambios hormonales cuando se convierten en padres, incluido el aumento de la oxitocina. La evidencia muestra que, en los hombres, la oxitocina facilita la estimulación física de los lactantes durante el juego, así como la capacidad de sincronizar sus emociones con las de sus hijos.


Con el fin de investigar los mecanismos neutrales implicados en la oxitocina y la conducta paterna, se utilizaron imágenes de una resonancia magnética funcional (FMRI) para comparar la actividad neutral en hombres con y sin dosis extra de oxitocina, administrados a través de un aerosol nasal.


Los participantes en el experimento fueron los padres de niños sanos, entre uno y dos años, mientras se les sometía a escáneres cerebrales con resonancia magnética funcional, a cada participante se le mostró una foto de su hijo, una foto de un niño que no conocía y otra foto de un adulto desconocido.



Oxitocina como terapia


Cuando veían una imagen de sus hijos, los participantes a los que se administró oxitocina mostraron significativamente mayor actividad neuronal en los sistemas cerebrales asociadas con la recompensa y la empatía, en comparación con el placebo. Este incremento de actividad (en el núcleo caudado, corteza cingulada anterior dorsal y la corteza visual) sugiere que las dosis de oxitocina pueden aumentar los sentimientos de recompensa y de empatía en los padres, así como su motivación para prestar atención a sus hijos.


Sorprendentemente, los resultados del estudio no mostraron un efecto significativo de la vasopresina sobre la actividad neutral de los padres, en contra de los resultados de algunos estudios previos en animales. A la vasopresina se la atribuye en los hombres una función similar a la oxitocina en las mujeres, en lo que al cuidado de la prole se refiere. En los ratones de campo que se emparejan de por vida, por ejemplo, se ha demostrado que la vasopresina promueve tanto el vínculo de pareja como el cuidado paterno.


Sin embargo, parece que es la oxitocina la que se encarga de esa importante labor en ambos sexos: "Puede ser que la evolución haya llegado a diferentes estrategias para motivar el cuidado paterno en diferentes especies".


En 2014, un estudio publicado en PNAS descubrió que en los varones que ejercían como cuidadores principales del bebé se activaban las mismas zonas del cerebro que en las mujeres, ante la llegada de un recién nacido. En particular, había una respuesta semejante en las zonas del cerebro implicadas en las interacciones sociales, sobre todo las relacionadas con el procesamiento de la mirada y otras señales sutiles que dan pistas de hacia donde dirigen la atención los otros y qué pueden estar necesitando. Y, lo más interesante, la conexiones entre las estructuras relacionadas con estos cuidados era más intensa cuanto más tiempo empleaba el padre en el cuidado directo del bebé.


Según descubrimientos de la neurociencia, los varones no tienen excusa para desentender del cuidado estrecho de los hijos. Su cerebro tiene una gran plasticidad para integrar las redes emocionales (más antiguas), propias del cerebro femenino, con las sociocognitivas, más activadas en el cerebro masculino. Con ello logran una mayor conexión con el bebé que les permite estar más atentos a sus necesidades.


Sin embargo, la creatividad e iniciativa de muchos niños se ha puesto en marcha y han podido entregar a sus padres estupendos dibujos, manualidades de todo tipo, un desayuno en la cama, una emotiva carta, canciones personalizadas, un marchoso baile. Todo con tal de lograr una sonrisa y un gran abrazo de su querido padre.


La otra cara de la moneda


¿Existe de verdad el instinto paternal? "no existe un “instinto materno o paterno”, sino un “instinto” de supervivencia común a hombres y mujeres".

No hay un gen específico para el instinto paternal, sino que es algo que nace a partir de una decisión tomada desde la libertad y que crece con el compromiso, la responsabilidad, la rutina, la cotidianidad y el contacto permanente con el futuro nuevo hijo y la pareja entre sí.


Cuando la mujer queda embarazada, en los hombres también se produce un cambio que les determina tanto psicológicamente como psíquicamente. "Al igual que en la mujer embarazada, él responde con cambios en sus niveles hormonales"


Existen investigaciones en el terreno de la psico-biología que demuestran que hay un descenso de la testosterona, hormona que se produce en los testículos, y también un aumento de las prolactinas, hormona generada en las glándulas pituitarias. Una vez que ha nacido el bebé, el contacto de piel con piel de padre e hijo le eleva al padre los niveles de la hormona de la oxitocina, hasta niveles similares a los de la madre.


Una vez que nace el hijo, se pueden dar diferentes escenarios. En uno de ellos, se produce un alejamiento del padre debido a que la madre acapara todos los cuidados del bebé porque, en muchos casos, considera que ella lo hace con más cuidado y delicadeza y con "conocimiento de causa". En unos casos se producen conflictos en la pareja por este motivo y terminan en un alejamiento del padre, o en otros muchos en su implicación absoluta junto a la madre.



Con el nacimiento de un hijo, en algunos casos se detectan a nivel intra-familiar conflictos matrimoniales porque algunas madres no permiten al padre de su hijo implicarse más de cerca en las necesidades cotidianas del bebé o de otros de sus hijos. "Cada vez son más los que teniendo la necesidad de no ser padres “ausentes”, y sintiéndose capacitados para implicarse en la tarea de criar a sus hijos, siguen intentando el poder compartir la crianza y la buena convivencia en el hogar junto a la madre de sus hijos".


No obstante, también hay madres que, en ocasiones, tiene que motivar a los padres a que les acompañen en esta etapa tan emocional y afectiva para los dos, "porque muchos de ellos suelen tener una especie de “pudor mal entendido” en todo lo relacionado con el futuro embarazo y la paternidad".


Les falta escuela en relación con el trato a su mujer y al futuro bebé, ya que los hombres antes no seguían tan de cerca los embarazos y, en cierta manera, tenían una parte emocional inconscientemente reprimida que años antes les permitía ser así un padre “políticamente correcto”, mientras hoy ya sería una gran ausencia “políticamente incorrecta”.


Los padres y madres primerizos son "dos becarios aprendiendo a vivir con un tercero entre ellos y el “instinto” se les va a ir desarrollando a cada uno según tengan más o menos desarrolladas desde su infancia su propia afectividad".

"Qué es lo que pasa con los padres adoptivos", ¿Acaso tienen menos “instinto paternal?

Expression´s Guayana / Agencias

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